La vuelta al trabajo híbrido: ¿Seremos capaces de consolidad los valores emergentes?

En septiembre se cumplirá un año y medio desde que entramos en pandemia.  De un trabajo casi 100% presencial, en cuestión de días, la gran mayoría tuvo que virar, sin manual de instrucciones, al trabajo 100% remoto.  ¡Cuánto hemos aprendido y cuánto nos hemos adaptado!

Mucho se ha hablado, durante estos meses, de las ventajas e inconvenientes de ambos sistemas de trabajo, así que no voy a entrar de nuevo en ello.  Lo que sí está claro es que septiembre, ¡será la vuelta al trabajo híbrido y lo será para siempre!

Existen innumerables fórmulas híbridas y cada empresa elegirá la que mejor convenga.  Incluso algunas empresas “employee oriented” han preguntado a sus equipos eligiendo la fórmula preferida por la mayoría. ¡Algo impensable hace tan solo unos años!

Y precisamente por este momento, en el que nos encontramos, me gustaría hacer una reflexión para que “en la rentrée” la tengamos presente.  Algunos pensaréis que me estoy anticipando y que faltan todavía más de dos meses, pero el tiempo vuela y todavía más cuando el entorno es híbrido.

A lo largo de la pandemia, personalmente he pensado y compartido con colegas de profesión sobre aquellos “valores emergentes” que, como Sociedad y como Empresa, parecía que estaban emergiendo de nuevo con fuerza:

 

CUIDADO

Desde el inicio de la pandemia, una de las expresiones que más hemos usado en las reuniones por Teams, en los emails, las llamadas, los WhatsApp, en las redes sociales, … ha sido la palabra “Cuídate mucho”.  Algo a lo que no solíamos prestarle importancia hasta que apareció esa emoción, la del miedo, que todos, de una manera u otra, hemos sentido a lo largo de estos meses de incertidumbre…

Y sí, el Cuidado (de uno mismo y el de los demás) por fin se integra en la ecuación del Liderazgo Compartido.

 

HUMILDAD

Recordemos que la palabra Humildad proviene etimológicamente de Humus (es decir, tierra) y nos recuerda la importancia de conectar con las cosas esenciales, con autenticidad y respeto. 

 

Así, el liderazgo humilde propone que el liderazgo se produzca en toda la organización, en todos los niveles y en todos los roles.

 

El líder humilde trabaja aceptando el hecho de que no tiene todas las respuestas y que hará un mejor trabajo pidiendo ayuda y ayudando a otros en el grupo a tomar las mejores decisiones.

 

RESILIENCIA y FLEXIBILIDAD

En el último ranking publicado en 2020 por el Foro Económico de Davos sobre las competencias más valoradas en 2025 destacan, por un lado, las competencias orientadas a la solución de problemas complejos y a las relacionadas con el uso y desarrollo de tecnología, como no podía ser de otra manera. Pero también pone de relieve la importancia de las competencias relacionadas con la gestión de uno mismo: resiliencia, flexibilidad y tolerancia al estrés, formando todas ellas parte de la inteligencia emocional.

 

COOPERACION

El ser humano tiene dos naturalezas. Una individual, en la que la creatividad y la imaginación son sus señas de identidad. Y tiene una segunda dimensión, la social. Estamos programados por la naturaleza para cooperar y comprometernos con los demás.

Sin embargo, para que esto funcione, hace falta un liderazgo, cuanto más humilde y compartido mejor. Porque la esencia del liderazgo humilde se basa en construir relaciones con las personas que te rodean para mejorar y maximizar el flujo de información y el trabajo cooperativo.  Eso que yo llamo, Cultura del Copower: cooperar, cocrear, coinnovar, colaborar, compartir, contrastar, ….  cuya principal herramienta es, sin duda, la Comunicación.

 

ETICA

Aristóteles hace ya muchos siglos, hablaba del arte de la retórica, diciendo que el hombre no es un ser solo racional, sino que obedece también a las emociones. De este modo, para poder comunicar bien deberíamos utilizar siempre tres dimensiones diferentes:

El Logos: la capacidad de argumentar adecuadamente mediante la lógica de la razón y de nuestra dialéctica.  El Pathos: la capacidad de transmitir emociones y generar química en nuestro interlocutor.  El Ethos: la capacidad de generar confianza y credibilidad.

Sin duda, sin el Ethos poco vamos a ser capaces de construir vínculos sólidos y consistentes, tan necesarios para transformar las Organizaciones.

 

Pienso que estos 5 valores son clave para lograr encontrar, en cada Organización, el sentido compartido, que tanto hemos hablado a lo largo de estos años (no solo durante la pandemia).

Una de las definiciones de Liderazgo que más me gustan es la que el Dr. Mario Alonso Puig nos propone: “Movilizar mentes y corazones en un propósito común” Y para ello liderar, en torno a estos 5 valores, puede ayudarnos a configurar una buena hoja de ruta.

¡Pero hay algo que me preocupa y mucho!

Hace unos días, tuve la oportunidad de reencontrarme, después de mucho tiempo, con mi amigo y admirado Juan Carlos Cubeiro en un desayuno presencial organizado por Canal Ceo de la mano de mí también querida Noemi Boza.  Por cierto, qué gusto volver a lo presencial, mirarnos a los ojos, abrazarnos (con prudencia), escucharnos con el corazón y no solo con la cabeza y, porque no, compartir un rico desayuno.

Durante el desayuno, Juan Carlos nos presentó su nuevo libro, que os recomiendo, “Liderazgo brain-fiendly: los 9 hábitos de la mente eficaz” y también compartió una serie de datos que, a mí, personalmente, me llamaron mucho la atención y que me han “provocado” la necesidad de escribir este post (los encuentros presenciales sin duda sirven para eso, detonar ideas, emociones, preocupaciones constructivas!)

Os los resumo (¡dan un poco de miedo!):

  • Según una encuesta realizada por Gallup, a nivel mundial, solo un 15% de los profesionales están comprometidos, de verdad.  En Europa, el porcentaje baja a 11% y en España, desgraciadamente un poco más, 6%.
  • 77% de los directivos quieren cambiar de trabajo en los momentos actuales! (¿y cuál será el porcentaje del resto de colaboradores?).
  • 70% se va de su empresa directamente por su jefe (ya lo sabíamos, pero parece que ahora el porcentaje ha aumentado)
  • 40% de los jefes parece que son tóxicos
  • Solo el 16% son “líderes “saludables”
  • España figura en la posición número 43 en Calidad Directiva.

Y, entre tanto, últimamente voy leyendo cada vez más artículos que comentan que son muchos los trabajadores no quieren volver a la oficina…

 

¿Y entonces me pregunto, habremos aprendido algo en esta dura pandemia? ¿Qué plan tenemos para la vuelta al trabajo híbrido?

Me imagino que dependerá, en gran medida, de la calidad del liderazgo de cada líder y de cada Compañía y de si estos 5 valores están presentes en el día a día.

El reto ahora para la vuelta al trabajo híbrido es ¿Qué vamos a hacer como líderes para aumentar los niveles de engagement y para desarrollar y/o mantener el sentido compartido?

¿Porque no pensamos un poco en ello estos meses de verano que tenemos por delante, para preparar la mejor “rentrée”?

Yo, en todo caso, ya os deseo un feliz Verano y una mejor Rentrée!

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